Mi dulce muñeco de algodón,
cuéntame que dicta tu corazón.
Si eres tan suave como la miel
y frágil cual papel,
¿cómo logras llevarme en tu carrucel?
¿Cómo haces para verme tal cual soy,
sin importar lo que digan de mí hoy?
Me bañas con tu luz angelical,
al compás de un lento musical.
Mi dulce muñeco de algodón,
no imaginas cuánto te ama mi corazón.
Por favor, tómame en tus brazos cual tesoro
sin importar que sea o no de oro.
Mírame con tus ojos cual pedazos de cielo,
para saber así si en él sobrevuelo.
Envuélveme en cristal fino
y hazme bailar un vals divino.
Mi dulce muñeco de algodón
creaste en mí una eterna pasión.
Gracias por enamorarte cada día,
gracias por ser lo que yo quería.
Mi dulce muñeco de algodón,
te amo más que a cualquier canción.
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