¿Y la magia?

Una lista de cosas la esperaba para hacer. Pero estaba tan perfectamente tranquila, que no quería mover ni un dedo para hacer algo. Entonces no tuvo más opción que pensar... pensar en la vida... en la magia de la vida. Porque así era para ella. Consideraba su vida como algo extraordinario. Algo fuera de lo común. Algo que no tenía una explicación científica. Su vida era un cuento fantástico. Y cuando más lo notaba era cuando subía el volumen de sus auriculares al máximo y salía a la calle para ver como las personas se cruzaban por su camino caminando con todos sus pensamientos apretados en sus mentes y esperando liberarse. Veía a la personas como parte de la magia. Cada una ensimismada en sus tareas, en sus relaciones, en sus trabajos... en sus vidas. Entonces pensó: ¿ Y si todas las personas del mundo tuvieran la oportunidad de conocerse entre sí? ¿Cómo se llevarían? ¿Si tuvieran la oportunidad de saber lo que siente cada una, y contagiarse de sus sentimientos? ¿Si supieran la mejor manera de como tratar al otro? ¿Si tuvieran la oportunidad de ayudar al otro en su vida?
Y pensó nuevamente: "Ayudar al otro es la magia misma, es un don que nos regala Dios y que jamás deberíamos desaprovecharlo. Es el regalo de vivir y el de vivir con el otro. De compartir nuestra vida con personas que podrían o no necesitarnos"
Pero... ¿ por qué, entonces, estaba tan tranquila recostada cuando había personas fuera de su cerrado y perfecto mundo que la necesitaban y ella no hacía nada?

"SALGAMOS AL ENCUENTRO DE LAS PERSONAS QUE NOS NECESITAN"