Habían pasado solo dos horas desde la última vez que lo vio, desde la última palabra dicha, del último beso, de la última caricia, y ya lo extrañaba. Pero así era para ella. Cada minuto sin él era una eternidad de largo sufrimiento. Una eternidad vacía y débil, de la cual era imposible salir sin sentir el beep de un mensaje...de sus mensajes.

Cada pequeño momento lejos de la persona con quien pasaba los instantes más memorables de su vida y aquella que le permitía vivir minutos de plenitud y autenticidad, se convertía en una eternidad difícil de llenar. Porque junto a él eran los momentos más divertidos y únicos que podían existir y los mas difíciles de olvidar.
Le permitía ser como realmente era y lo mejor, es que la quería sin importar el resto del mundo.
Lo peor de todo es que los momentos que estoy con mi novia (Wendy) son geniales y perfectos pero se pasan muy rapido :( y los momentos que no estoy con ella son muuy lentos.
ResponderEliminar(Peter)