Crudo: Capítulo 5

Tengo 13 años. Y me veo. Me veo derramando botellas de alcohol y rompiendo todo lo que me rodea. Gozando todo lo que pueda mi acto de rebelión. Grito y canto hasta rasparme la garganta una letra que lo único que podría transmitir es ayuda. Muy probablemente, el sonido atraviese los cristales de las ventanas hacia el exterior, pero… ¿quién me oiría? ¿Quién me ayudaría? Ya muchos saben las calamidades que me esperan al volver a mi casa después de una simple jornada de colegio. Muchos profesores han hablado conmigo: <<¿Cómo podemos ayudarte?, ¿Qué es lo que sucede en tu casa? ¿Este es el motivo de tus bajas calificaciones?, ¡Hablaremos con él, y en caso de que no entre en razón, recurriremos al ministerio! ¡No te preocupes Rosi!>> Pero no noto diferencia…aún sigo aquí. Aún me veo aquí. Aún continúo sufriendo por culpa de mi fragilidad… “Es necesario proteger a las lámparas, un golpe de viento puede apagarlas”, recuerdo.
¿Por qué destruyo su lugar, si luego llegará el castigo? …porque hace ocho días que no lo veo, ni se nada acerca de su existencia. Y a pesar de ser tan solo una niña, lo único que deseo es…la muerte de su alma y de su espíritu, así como acabó con el mío. Quiero ver la destrucción de su refugio, de su vida…así como el destruye la mía.