miércoles, 18 de junio de 2014

Tu perfección

Ambos estábamos acostados en la cama, tapados hasta los hombros y casi desnudos. Solo nos cubría nuestra ropa interior y la aterciopelada sábana rosada.
No hacíamos nada que cualquier pareja adolescente haría en aquella situación...solo nos abrazábamos.
Podía sentir su tersa piel, la tibieza que desprendía su cuerpo, los profundos y repiqueteantes latidos de su dulce corazón.
Creo que nunca en mi vida, había estado tan agradecida de la belleza que estaba presenciando a su lado, o del amor que me provocaba su sencillez.
Quería tocarlo...acariciarlo. Besarlo. Admirarlo de pies a cabeza. Tenerlo dentro mío...que nuestros cuerpos solo fueran uno.
Me puse de costado, y lo acerqué más a mi cuerpo para poder acariciar su extensa espalda y apreciar su apacible rostro... el tenue parpadeo de sus ojos, sus irresistibles y delineados labios que esperaban anciosamente ser devorados en un apasionado beso; sus finas y arqueadas pestañas cuales puertas que abrían paso a sus abismales y verdosos ojos. Cada centímetro de aquel rostro era perfecto. Enteramente él, era perfecto. 
Entrelacé nuestras piernas, para que el calor de su cuerpo, templara mis helados pies. 
¡Cómo lo deseaba! ¡Cómo lo amaba!
Por su parte, él no lograba apartar su mirada del continuo sube y baja que proyectaba lentamente desde mis labios hasta mis ojos. 
"¿Qué pensará? ¿Qué sentirá?"
Al instante, casi como si hubiera escuchado mis reservados pensamientos, dijo:
<<Siento que te amo más que a nada en la vida>>
Entonces rompimos el espacio que nos separaba en un cariñoso y tierno abrazo, mientras una simple lluvia de emoción se derramaba, en forma de lágrimas, sobre su espalda...
Yo también lo amaba más que a nada en la vida. 
...before you go